Como ladrillos despedazados caían mis pensamientos. Uno a uno, arremolinándose por los vientos, cayendo derrotados a mis pies. Inertes, muertos. Las estructuras mentales comenzaban a caer.
Levanté la mirada y me sorprendió encontrar aún más cimientos en pie. Las estructuras tiranas parecían no ceder ante mis intentos de recuperar la libertad.
Como en cada historia del viaje del héroe, me preparé para un nuevo confrontamiento. Más fuerte, más capaz, más confiada avancé para librar la última batalla.
Los campos fértiles volvieron a recuperar su poderío. Cada idea nueva estará llena de vida, de amor. Cada colapso del espacio/tiempo vendrá de esas ideas, ahora libres, ahora amorosas.

Deja una respuesta