Por mucho tiempo, cuando Facebook estaba de moda, apareció en mi información de perfil, en el apartado de religión, “Amixtikense” como interés principal. Probablemente nadie lo notó y si lo hizo, habrá pensado que eran “cosas de chavos”, sin saber que esa palabra escondía una historia interesante: cuando tuve la brillante idea de volverme seguidora de un culto… creado por mí misma.
La pubertad es, sin dudas, una de las etapas más complejas pero fascinantes del ser humano. Es cuando las hormonas sexuales empiezan a despertar y con ello, aparecen no sólo los caracteres sexuales secundarios, sino que también aparecen cambios a nivel cognitivo. Dentro de esos cambios que pasé, estuvo la repentina aparición de un interés oculto y primitivo de conectar con algo divino, pero teniendo cero interés en el gore de la Iglesia Católica, la tarea se volvió un poco más compleja.
La niña que veía diferente acababa de entrar en una etapa en donde reinaba la noción de tener individualidad y por tanto, de poder hacer las cosas de modo distinto a los demás. Con ese poder en mente y sin tener ningún tipo de impedimento ideológico, decidí experimentar conectar con algo que rompiera el status quo de la religiosidad.
En aquellos entonces de mediados de los 2000s, cobraba cada vez más fama el mítico Criss Angel, desafiando la idea clásica de los magos que sacan conejos de los sombreros o que como extremo, partían a la mitad a una bella asistente. Él tenía una verdadera aura de misterio que magnetizaba al espectador, ya fuera para bien o para mal. Sus trucos de ilusionismo eran de una complejidad hasta entonces no vista, eran originales o en su defecto, bien adaptados a su esencia.
Supongo que fue esa aura de misterio lo que me llevó a sumergirme en el mundo de Christopher Nicholas Sarantakos, el hombre detrás del personaje de Criss Angel. Conocí muchos detalles que probablemente solo unos miles de personas sabemos, como que antes de tener ese programa tenía otro llamado “Supernatural” o que también es músico. Para esos momentos en que lo conocí ya había grabado algunos discos.

Por otro lado, la magia, es una palabra muy engañosa porque fue profanada. Originalmente, su significado distaba muchísimo de lo que hoy en día puede significar para la mayoría de personas. Supongo que en parte por esto, se buscó diferenciarla del ilusionismo, que vendría a ser, la manipulación de la materia por medio de la materia (y no de la mente o el espíritu). Y por supuesto que esto no es un tema importante para discutir a la hora de la comida, entonces la magia y el ilusionismo pasaron a tener el mismo significado durante algún momento en la historia.

Criss Angel era considerado un mago, y no tanto un ilusionista. Y con esos significados mezclados, en mi semi-ingenuidad creí que él realmente podía hacer alguno de esos prodigios pero que el juego aquí era hacer creer que era un ilusionista más. Esa paradoja entre real/falso me llevó a crear sobre él una burbuja de fascinación que me pareció lógico usar para crear mi propia religión, mi propia manera de reconectar con lo Divino (porque podía dudar de él, pero de lo que nunca he dudado es que todos esos milagros sí que son reales).
Sin pensarlo mucho (a los 10 años pocos se han parado a preguntarse si lo que están haciendo es una buena idea y porqué), empecé a formarme mi propia “religión” usando a Criss Angel como un ídolo. Por supuesto que hablo de la mente de una pequeña que se guiaba de lo poco que conocía sobre religión y se dejaba llevar por la intuición para saber qué era importante integrar y que no, para fundar el culto Amixtikense.

Christopher era un hombre que estoy segura, sabía más de ocultismo de lo que nos hizo pensar, pues a través de sus canciones y su simbología transmitía un mensaje con un significado más allá de lo aparente. Su mundo interno, Amixtika, pasó a ser también mi mundo interno, en donde regresaba cada noche en mi imaginación para ponerle más y más detalles que fueran enriqueciendo el Reino.
Hoy, me doy cuenta que a través de Criss Angel, aprendí lo que es el mentalismo, pues él sostenía esa misma doctrina y la honraba y usaba en muchos de sus trucos (como el escapismo bajo el agua). Pero no sólo eso, también aprendí a meditar, intuitivamente, al llegar a mi imaginación cada noche para poder encontrarme con mi ídolo, así como quedaron otras tantas semillas con palabras como “mística” “fenómeno” “magia”, etc., que crecieron poco a poco y le dieron las primeras formas a mi única y particular manera de practicar lo que se transformó en espiritualidad.
Digamos que las bases de mi culto secreto era la práctica de rituales que no tenían un propósito claro, pero que por algún motivo, me parecía lógico usar. Así, mi seña para “santiguarme” era tan única como mi posición para meditar. Pero de todo, lo que más recuerdo era el entusiasmo con que acudía a mi imaginación para entrar en un mundo al cual sólo yo tenía acceso, en donde los “milagros” y la magia estaban a la orden del día y en donde podía explorar sin ninguna limitación el poder de la mente.

Comparto esta historia no nada más por la anécdota inédita, sino para invitar a la reflexión acerca de lo que la espiritualidad puede llegar a significar en nuestras vidas y cómo hemos “perdido” el derecho de reconectar con el Oro de Nuestras Almas. Pues, para mí, la teoría y la práctica espiritual me han abierto un mundo totalmente nuevo en donde las preocupaciones del día a día humano desaparecen para dar paso a posibilidades más disfrutables acerca de cómo tener dinero, cómo relacionarme con los demás, qué prioridades debo tener, etc.
Criss Angel fue mi ídolo religioso, sí. Pero fue por decisión propia y más como juego que como auténtica creencia. Creo que eso mismo le pasaba a Nicholas con su propio personaje porque no voy a negar que como ejemplo auténticamente espiritual, el hombre dejaba mucho que desear y más cuando empezó a perder fama. Si realmente hubiese creído en él como profeta quizás mi vida no sería tan bonita como lo es ahora, pero de alguna manera, sé que esa posibilidad de explorar imaginativamente mi mundo interno, no es la misma para todos y menos aún, cuando se cree que esta área de nuestra vida está destinada a unos pocos y que como mucho, podemos hacer uso de ella en casos extremos.
Actualmente, he aprendido muchísimo más del mundo interno, de técnicas de meditación, del poder de la mente y de otros tantos diversos temas que hacen que mi entendimiento espiritual permee hasta las capas más superficiales de mi existencia, y sin dudas, me surge la duda de qué hubiese pasado si durante aquellos tiempos de despertar espiritual alguien realmente educado en el tema me hubiese llevado de la mano. Quizás hoy tendría habilidades como las que llegué a imaginar que Criss Angel tenía (de nuevo, esas habilidades son reales, pero no cualquiera aprende a usarlas tan bien).

Otra de las cosas que he asimilado en los últimos años es el hecho de que todavía seguimos viendo, como sociedad, a la espiritualidad como una elección que hacemos en un momento de crisis y con la cual nos “casamos” al servirnos de salvavidas emocional, distando de verse como un derecho natural del ser humano. Incluso, se llega a ver burla en las películas actuales en donde los practicantes activos de doctrinas espirituales están todo el día “idos” y hablan casi que en código.
La espiritualidad pop, como la creencia ciega en la astrología, el tarot, los cuarzos y el incienso, no es más que otra fachada de una supuesta elección en donde te tienes que convertir en el hippie predeterminado que vive en comunas, es vegano, siempre está en paz y por supuesto, cree que el dinero es parte de la maldad humana. Pero nada de eso está cerca de ser la verdad, pues el “volverse” espiritual tiene más que ver con nuestra propia esencia que con las herramientas que tenemos para enchufarnos a La Fuente.
Releyendo “Del Intelecto a la Intuición”, de Alice Bailey, saco unas buenas e importantes conclusiones sobre este tema. La espiritualidad es un derecho que hasta ahora, no ha sido considerado como tal, pero que es necesario empezar a tener a la vista, pues es a través de esta área de nuestra vida que el resto de existencia empieza a tomar un sentido mayor. Empezar a ver nuestra relación con la Naturaleza como parte de nosotros mismos, ver a nuestros trabajos como el regalo gozoso que hacemos por la humanidad, ver al dinero como una energía infinita que puedes activar con un “truco” como en el GTA, y más, son ejemplos de una realidad mental que está a nuestro alcance, pero que nadie nos ha enseñado que está ahí, disponible y gratis, para todos.

Por supuesto que este tema, en sí, no es nuevo. Me atrevo a afirmar que todas las Escuelas de Pensamiento (Cristianismo, Budismo, Hinduismo, Taoísmo, Rosacruces, Illuminatis, Teosofía, Antroposofía, etc.) buscan reunificar esta importante esfera en nuestro ser, pero al ser doctrinas que nos obligan a pasar por una iniciación, la verdadera influencia de la espiritualidad no se deja sentir hasta tiempo después y muchos no tienen la paciencia para entender la importancia que un “simple” deseo puede tener.
Este tipo de reflexiones me llevan a preguntarme cómo será el futuro, pues es obvio que cada vez más personas empiezan a despertar a las verdades del Alma y en esa Sed de Verdad, pueden perderse en el camino (al final, todos volvemos al Sendero) y caer en dogmas mal (o bien) intencionados. Necesitamos educadores espirituales que nos guíen en nuestro camino de regreso al Alma y que nos eviten el sufrimiento que muchos hemos tenido que pasar para llegar a niveles más altos de consciencia. Y por supuesto, que entre más jóvenes nos eduquen para captar estas verdades, más rápidamente veremos cambios como humanidad.
Criss Angel jugó un importante papel para mí en mi camino de un mayor entendimiento, pero a su vez, fue algo súper divertido de vivir. Tuve muchísima suerte de que mi llamado espiritual fue intuitivo y me empezó a preparar para todo el mundo de “locos” que me iba a topar años más tarde. Pero aunque a mí me sucedió en una etapa temprana de la vida, nunca es tarde para reconocer que todos tenemos un llamado que surge desde lo más profundo de nosotros y que por falta de educación espiritual, intentamos callar a través de actividades cotidianas que consideramos “prioritarias”.
Al reconocer la importancia de la integración del alma o psique, y por tanto, de nuestros patrones mentales y emocionales, se reconoce la importancia de tener una guía que sea de verdadera utilidad en el momento de incorporar nuevas y más elevadas creencias. Por eso, desde hoy, me propongo ser tu Criss Angel y guiarte a través del mundo de la magia real; la magia que hace que veamos nuestra existencia como un regalo y no como un requisito para llegar a la Muerte.

*…Jijo, después de escribir esto, ya me dieron ganas de reconectar con este culto. ¿A alguien más le interesa unirse a él?


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